Desarrollando la imaginación

En la segunda sesión de Tecnoartea, tuvimos el placer de contar con una gran profesional de las ciencias, Ileana Greca, profesora de didáctica de las ciencias experimentales de la Universidad de Burgos. 


En primer lugar, empezamos hablando de las funciones del científico, para ello contamos con la ayuda de un magnífico secretario que fue registrándolas en la pizarra.


Una vez aclaradas las funciones, les lanzamos varias preguntas a los chicos y chicas: ¿Qué animales os gustan? ¿Por qué os gustan? y ¿Dónde viven? Para poder así provocar una situación problemática donde ellos tengan curiosidad por investigar y saber más sobre ello. La pregunta fue: ¿qué factores debe tener un planeta para que pueda sobrevivir un ser vivo? 

En segundo lugar, para poder resolver el problema, jugamos a imaginarnos animales extraordinarios en planetas imaginarios, pero antes de empezar con el juego era fundamental descubrir qué sabíamos; ¿por qué los animales son como son? A raíz de esta pregunta surgieron montones de conceptos previos acerca de por qué son los animales como son, recordando sus funciones vitales: nutrición (búsqueda de alimentos y agua), relación (cómo se relacionan con su medio) y reproducción (cómo se reproducen). 

Los chicos llegaron a la conclusión de que todos los seres vivos dependen de las condiciones de vida, del clima, suelo y alimento, entre otras.

Una vez llegados a este punto, toca desarrollar la imaginación y pasar a la acción, LA EXPERIMENTACIÓN:




















Se les planteó tres posibles planetas entre los cuales debían escoger uno (el elegido fue el C). Los chicos se dividieron en tres grupos y cada uno de ellos tenía una función vital (nutrición, relación, o reproducción), y siguiendo unas pautas fueron desarrollando su animal (escogieron un ave). Cada grupo investigó sobre la función que le había tocado y con nuestra ayuda fuimos creando las posibles características que tendría el ave para poder sobrevivir en dicho planeta. Una vez todos los grupos hubieron finalizado, se pusieron en común y entre todos fuimos escogiendo las mejores características para que el ave sobreviviese en el planeta C..



















Todos los chicos dieron un montón de ideas, se interesaron mucho por la investigación. Seguimos la misma metodología de la primera sesión registrado lo que sabían, lo que no sabían, lo que querían saber, cómo podían saberlo y qué habían aprendido. Todo ello recogido en un mural de tal forma que cuando finalizamos la sesión volvimos al punto de partida y cada uno de ellos pudieron eliminar aquellos conceptos erróneos y sustituirlos por lo que ellos mismos habían descubierto en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Compartimos con vosotros nuestras aves del planeta C.




Con este método conseguimos consolidar los aprendizajes y que éstos sean lo más significativos y funcionales posibles.
Finalmente agradecer la colaboración de Ileana, por haber compartido con nosotros toda su sabiduría y su ser científico.


El próximo sábado nos vemos para ver los microorganismos de una charca. A ver que vemos.

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